lunes, 14 de diciembre de 2009

El gran farellón: el viento como escultor del desierto













Cada primer día de abril, a las 10 de la mañana, el sol se ponía de tal forma que todo funcionaba a la perfección; desde horas antes, se comenzaba a observar la llegada de personas de diversos lugares. El pueblo esperaba este acontecimiento casa año, suceso que favorecía a la zona, dándose a conocer los más importantes paisajes esculpidos por el viento.

Allá, a lo lejos, se podía divisar “la estructura”, levemente penetraba en el manto para conservar su altura. Las personas comenzaban a aproximarse en masa hasta iniciar su recorrido, el que simulaba el curso del río Loa. En este recorrido se observa el movimiento que el río provoca en su excavación a la tierra y se puede sentir la suave brisa, la frescura que finalmente nos llevara al primer lugar, “el oasis”. Al llegar ahí se puede apreciar la horizontalidad del lugar y la cantidad de luz y sombra exacta que hace de este un espacio agradable. Desde el que tenemos vistas hacia los otros dos lugares. A través de él que podemos recorrer todo el ancho de la estructura y al llegar al fondo, apreciamos el choque del mar con el farallón, como lo hace el río al desembocar. Al seguir el recorrido llegamos al segundo lugar “el desierto de calor”, nombrado así ya que desde ahí podemos observar el valle de la luna, nombre asignado por si parecido a la superficie lunar. Éste es el lugar de los sectores bajo caracterizados por el gran calor y falta de precipitaciones, razón por la que ésta lugaridad es donde incide directamente el sol y el viento no llega_; desde aquí tenemos también vistas hacia otros lugares. Por último, el recorrido concluye al llegar al tercer lugar y por cierto al que se encuentra a mayor altura, “el desierto de frío de altura”. Desde aquí se aprecia el salar de Atacama y la cordillera de la sal, compuestos ambos paisajes por grandes depósitos de sal, yeso, entre otros. Además de poseer el salar en su fondo un lago que recibe agua de ríos y nieves cordilleranas. Esta zona de salares y precordillera posee gran altura y mientras se acerca la noche más frío se puede sentir, por lo que ese lugar se caracterizaba por su gran sombra y viento fuerte que recorren toda su verticalidad.

Así, año tras año, más y más personas se enteran de esta conmemoración a nuestra naturaleza y acuden para maravillarse con los paisajes a través de sus propias sensaciones.



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